La reputación


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No ha existido desde la Constitución de 1978 y el golpe de Estado del 23 – F un momento más delicado para la monarquía española. No hay más que malas noticias: corrupción, mala salud, etc., incluso el otrora vilipendiado Jaime de Marichalar empieza a parecer bueno.

Para colmo, este fin de semana el diario “El Mundo”, publicaba una entrevista a la misteriosa y ya mítica Corinna, que entre otras muchas perlas declaraba lo siguiente:

«La confianza y la reputación es muy importante en el tipo de trabajo que hago. Estoy en la liga de los grandes y competir ahí es muy duro. Ser mujer y encima rubia, complica aún más las cosas»

Estoy de acuerdo con ella en que la reputación y la confianza son importantes y, a este paso, como la monarquía se descuide pasa a convertirse en el blanco de las iras de la sociedad. Razones tienen.

Primero fueron los escándalos del Duque EmPalmado, después la cacería secreta de su majestad, que no sólo reveló una indiscreción impropia de un Monarca sino que además presentó en sociedad a una amiga demasiado entrañable. Lo que ocurre con las amistades entrañables es que se acaban convirtiendo en problemas, Manuel Jabois los explicaba en su columna en el día de ayer de una manera fabulosa.

¿Qué será lo siguiente?, lo único que no puede ser un ciudadano español por su propios méritos es Rey. Incluso no puede elegir si quiere que le representen o no. Viene, salvo revolución popular, dado.

Por tanto, la reputación y la ejemplaridad de este órgano de representación nacional debe ser intachable y, hoy día, hay muchas dudas de que así sea. Las esperanza para algunos es que llegue un nuevo tiempo con un nuevo regente, para otros, la desaparición de la monarquía y para el resto, que pase la tormenta que ya se arreglarán las cosas.

Desde DSC defendemos una Monarquía, ejemplar, profesional y preparada y es necesario que inmediatamente se ponga remedio a tanta metedura de pata y sonrojo.

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