En los últimos años se está dando una tendencia en Europa y, en los últimos meses en España, a que los ciudadanos se inclinen a definirse como liberales en su tendencia política y en su forma de pensar. Es más, varias figuras políticas han aprovechado esta tendencia para definirse ellos mismo como liberales o acordes a la forma de pensar liberal.
De todas formas cuando constatamos estas opiniones con los programas de los distintos partidos, comprobamos que éstos distan mucho de la forma de pensar y de entender la política de los primeros liberales norteamericanos de finales del siglo XVII, como John Stuart Mill o Jeremy Bentham.
¿Cuál es la verdadera esencia del liberalismo que tanto atrae pero que parece tan difícil de aplicar?
Parece claro que el liberalismo creó una mentalidad que se convirtió en la doctrina política principal de la civilización occidental (Laski). Esta considerado por multitud de autores como la teoría política de la modernidad y factor clave o paradigma de los procesos mundiales de modernización.
Pero ¿Cuáles son las características que definían esta doctrina política?
Se pueden señalar cinco características principales:
- La ausencia en la naturaleza de una guía moral positiva.
- La prioridad de la libertad sobre la autoridad.
- La secularización de la política.
- La promoción de constituciones y principios de derecho que establezcan los límites del gobierno y determinen los derechos de los ciudadanos frente a éste.
- Y finalmente la convicción de que el progreso técnico y moral de la humanidad se produce como consecuencia de un constante debate de ideas e intereses en ocasiones contrapuestas.
En resumen el liberalismo aboga por el desarrollo de las libertades individuales, y gracias a la protección de éstas, conseguir el progreso de la sociedad. Esta protección de las libertades individuales se baso en la creación de Estados derecho donde todas las personas son tratadas por igual ante la ley, sin privilegios ni distinciones.
Esta corriente de pensamiento surgió en la lucha de la población contra el absolutismo con el objetivo de crear un Estado de Derecho con poderes limitados y recogidos en una Constitución. Estos poderes se tendrían reducir a seguridad, justicia y obras públicas, dejando libertad a los ciudadanos para gestionar sus relaciones económicas, sociales y culturales sin intervencionismo por parte del Estado.
¿Qué partido político ofrece estos principios en la actualidad?
Desgraciadamente la respuesta es ninguno.
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